INTRODUCCIÓN
Este blog lo hemos realizado con el fin de proporcionar información a nuestros compañeros, para abrir realmente sus mentes y que se den cuenta de la realidad de nuestro país, dando a conocer algunos artículos en donde se da a conocer la historia de una distinta visión, de la visión sin maquillaje.
Agradecemos a la Profesora Susana Huerta, que nos alentó a crear este blog por medio de sus conocimientos y la rica información que clase con clase nos brindaba a través de distintos medios.

miércoles, 13 de mayo de 2015



GLOBALIZACIÓN Y NEOLIBERALISMO EN MÉXICO
Uno de los vocablos que a finales del presente siglo se ha venido a inscribir en el uso común del lenguaje, es el de globalización económica, con el cual se identifica al proceso de interrelación entre diversos mercados, generalmente por conducto de agentes privados (compañías multinacionales) y cuyo objeto primordial consiste en ensanchar su escala de ganancias por la venta de productos y servicios o el establecimiento directo de filiales con el fin de reducir costos o el de competir en mercados protegidos; es, en síntesis, la eliminación de las fronteras bajo el signo del libre mercado.
La actividad económica es necesaria en todo sistema social. Gregorio Robles considera que dicha actividad es un subsistema económico que comprende todas las acciones de los individuos y de los grupos sociales en cuanto que intervienen en los procesos de producción, distribución y consumo de bienes, proceso en el cual, incluso los marginados también participan, fundamentalmente en el último, dado que todo individuo es consumidor, pues de otra forma no podría subsistir. 
El Estado neoliberal en México (1982-2000) A partir de 1982 y durante tres administraciones (1982– 2000) se aplicó en México el proyecto neoliberal16 que se tradujo en el abandono del Estado interventor, así como de su responsabilidad social; además, se reemplazó el modelo de industrialización sustitutiva de importaciones (“hacia dentro”) por la liberalización y desregulación industrial, comercial y financiera (hacia fuera); a diferencia de antaño, se dio prioridad al capital financiero o inversión de cartera por el capital productivo; de la aspirada soberanía en el diseño de la política económica, se aceptaron las directrices del FMI y del BM. En la esfera social, la exclusión, la marginación, la “pobreza extrema”, fueron las palabras clave; en el ámbito político, se produjo la división de la elite priísta y el dominio de la tecnocracia neoliberal sobre el estructuralismo Keynesiano; el achicamiento del aparato estatal (privatizaciones) y la disminución del gasto público, afectaron al corporativismo y al control clientelar17. 
El primer gobierno neoliberal. Miguel de la Madrid El primero de diciembre de 1982 asumió la presidencia de la República Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988),en un severo contexto de crisis económica; además de buscar resolver problemas coyunturales como la nacionalización de la Banca, que realizó su antecesor, tuvo que soportar la crisis estructural de la economía mexicana18, concretada en: crisis agrícola, desarticulación industrial, déficit de la balanza de pagos, déficit fiscal, desigual distribución del ingreso, etcétera; y también, tuvo que hacer frente a la recesión económica de 1982 (con una disminución del PIB del -0.2%), excesivo índice inflacionario (del 100%), incremento de precios y tarifas del sector público, elevado déficit de la balanza comercial no petrolera y una creciente deuda pública19. Este escenario se agravó por las adversas condiciones internacionales, como el alza en las tasas de interés (ante una deuda total de 80,000 millones de dólares), reducción de nuevos créditos de las instituciones financieras internacionales, la caída de los precios mundiales del petróleo (y México con una estructura mono-exportadora), la política proteccionista diseñada por los países centrales (y México tan cercano de Estados Unidos). Ante esta situación el gobierno elaboró su estrategia para enfrentar la crisis económica (“no permitiré que la patria se nos deshaga entre las manos”), que se plasmó en un programa de diez puntos para el corto plazo conocido como Programa Inmediato de Reordenación Económica (PIRE),complementado con la estrategia a mediano y largo plazo plasmada en el Plan Nacional de Desarrollo 1983- 1988 (PND) que buscó mediante la política del cambio estructural, que el crecimiento económico a mediano plazo, no generara ni agudizara los desequilibrios que condujeron a la crisis de 198220. La aplicación del PIRE21, se transmutó en una fugaz disminución del déficit El segundo gobierno neoliberal. Carlos Salinas de Gortari La recuperación económica se confirmó elocuentemente en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) en tres aspectos: la contención de la inflación, el crecimiento de la producción y la renegociación de la deuda externa. Con el PECE, la inflación redujo considerablemente sus índices de crecimiento. Así, mientras que en 1987 la inflación fue de 167%, para 1988 bajó al 80%, en 1989 disminuyó a 60%, 1990 a 40%, 1991 a 20% y 1992 a 14%, en 1993 y 1994 fue de un dígito (8% y 7.1%). De forma paralela, se registró un aumento en la actividad económica y se concretó en los índices del PIB de la siguiente forma: 1988=1.4%, 1989=2.9%, 1990=3.9%, 1991=3.5%, 1992=2.6%, 1993=0.4%, 1994=2.4%25. Ante el sombrío panorama de la década de los ochenta, la renegociación de la deuda constituyó un éxito rotundo para el gobierno de Salinas. Para su antecesor, el problema de la deuda fue uno de los principales factores de inestabilidad económica, pues su renegociación fue un dilema de difícil solución26. Esto fue así, porque, mientras en la década de los sesenta y los setenta el endeudamiento externo permitió el crecimiento del país, en los ochenta, dejamos de crecer con tal de pagar la deuda27. Sin embargo, en la segunda mitad de los ochenta, el problema de la deuda dejó de ser exclusivo de los países deudores, al transformarse en un asunto de los acreedores. En concreto, en Estados Unidos se perfilaban tres corrientes en torno al problema de la deuda: 1) un grupo de banqueros que no deseaban cambio ni de fondo ni de forma; 2) la encabezada por Baker que apoyaba nuevos créditos para México en alianza tácita con el FMI y con el Banco Mundial; 3) la conformada en torno al Plan Brady, según la cual era necesario aflojar las condiciones de pago para permitir el crecimiento de América Latina y con ello ampliar el comercio de Estados Unidos28. En este contexto, Carlos Salinas logró renegociar la deuda externa, bajo los auspicios del Plan Brady sustentada en los siguientes términos: el 47% de la base elegible se reestructuró a una tasa anual fija del 6.25%, el 41% de la base implicó una cancelación del 35% del capital; y el 12% significó dinero fresco. “Durante toda la década de los ochenta, México cumplió cabalmente con el pago de intereses de la deuda externa. La reducción negociada implicó un doble beneficio: directamente, a través de una reducción de transferencias de recursos al exterior y, en forma indirecta, al inducir una mayor confianza entre las inversiones nacionales y extranjeras. Estos efectos indirectos conllevaron un abatimiento de las tasas internas de interés, un ahorro significativo en el servicio de la deuda externa y un incremento notable de los flujos de inversión extranjera; sin lugar a dudas, la magnitud de los efectos acumulados de estos últimos superó con mucho al de los efectos directos”29.cit público, pero provocó una intensa.